La lluvia y los pájaros
Desde mi patio de paredes blancas escucho el amanecer. Se despiertan los motores de la ciudad, y llueve, simplemente. No puedo ver a los cantores del cielo, están en algún lugar, llamando al sol, siempre lo han hecho, siempre en los últimos miles de años, y no saben, no les importa, que me hacen bien. Miles de años hasta que llegó la gente, levantó ciudades e inventó los domingos.
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